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Buscando sueños

Pablo Neruda

Pablo Neruda MARIPOSA DE OTOÑO

LA mariposa volotea
y arde —con el sol— a veces.

Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.

Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.

Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.

Me decían: —No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.

Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.

Se va la mano que te induce.
Se va o perece.

Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.

El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.

Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.

Su lengua tibia me rodea.
También me dice: —Te parece.

La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.

5 comentarios

Isthar -

Me has traido a la memoria un viejo cuento que escribí hace mucho...

Me encanta la foto :)

incondicional -

Jooooooooooo se me olvidó el name :-/

Anónimo -

Marrakech , graciasssssss, unas veces lo recibo por mail, otras, lo pirateo, digo como Calamaro... " soy muy sensible a la belleza, que no distingo corazón ...."
:-)

marrakech -

La imagen... una joya, ¿también recibida por mail?... je.

marrakech -

Todo es perecedero, todo; menos el verdadero amor, la verdadera amistad y los recuerdos. A todos los quiero...